La música de Carvaleos tiene un toque clásico, como de rock añejado, y talvez sea porque sus integrantes tienen fuertes influencias rockeras, y algunos años encima.
Pero nada mejor que las propias palabras de los miembros como para saber bien como fue que nunca se abandonó el sueño de hacer sonar sus canciones y llevarnos a una época musical más simple, más auténtica, más áspera pero como todo gusto adquirido, más acogedora.
El rock no está muerto, los Rolling Stones siguen sonando con casi 80 años, y jóvenes como Greta Van Fleet han tomado la posta de bandas como Led Zeppelin para mantener viva el fuego sagrado del Rock.
En Maldonado, la llama arde las noches que toca Carvaleos.
¿Que dicen los Carvaleos sobre su origen?
Palabras de Martín Busnadiego:
Todo empezó con una vieja guitarra en el ropero de mi padre, la intriga, y un interés innato por tocar ese instrumento.Cumplidos los 10 años en eso quedó, en rasguear sin sentido y con poca afinación, sin saber ni un acorde, frustrarse y guardar la guitarra en el ropero, y siempre verla allí. Recién con 18, o 19 años comenzó otra vez esa inquietud, la saqué del cajón, y esta vez para hacerla sonar, idas y venidas, fogones, Cumpleaños, previas y la Viola siempre acompañó esos momentos.
11 años pasaron, y se volvió un soporte musical y emocional para llegar a un título universitario como Odontólogo, y todo se dio. Ya estaba puesto el consultorio, pero en una primer juntada de guitarra y cajón peruano, Diego y yo, con el fin de experimentar un poco y en el mejor de los casos, componer algo, hicimos una canción al equipo de fútbol, la cual fue semilla de una nueva ilusión musical, una nueva primer experiencia y en retrospectiva una precaria composición, sin saber como, pero luego de probar unos cuantos acordes remendados con un ritmo básico, cuando quisimos ver, llegó algo que nos lograba emocionar.
Sin dar muchas vueltas, lo hicimos sin pensar que esto fuera algo más, sin receta alguna nos arriesgamos un poco y salió una más,
“Lo que soy” fue el segundo tema, ya era más genérico con aires de trascender, entre ignorancia y audacia parece que de alguna forma la mecha carválea se había encendido.
El sueño crecía en nosotros (por lo menos en mi, tal vez más) que en los demás.
Era hora de arrimar otro Carvaleo, Adriana apareció, ya alguna vez en una casa de verano allá por la paloma yo le había dicho que armaríamos una banda, “vamos a hacer una banda que se llame The Carváleos” entre risas, divagues y covers se formaba ya la idea, así llegaba Adriana. Luego hablé con Julio, necesitábamos un bajista, vivía en el edificio y lo conocía del liceo. Con poco scouting y mucha buena onda.
Así fue la primera formación.
Luego de varios ensayos y manijas, le comenté a Martin G (Ogro) que teníamos una banda, y le mostré la canción del equipo en el que el también jugaba y un día vino al ensayo (en el consultorio), dijo que el cantaba igual, que quería formar parte del “proyecto” yo dejé un poco de lado mi posición de cantante y se animó en ese papel.
Fue así que de a poco se fue acomodando y quedamos en esa formación. Con Martin compusimos un pool de temas y divagábamos con el éxito bastante, nos acompañábamos y metíamos lo que se podía de inspiración para crear lo que se pudiese.
Funcionamos hasta que la “exigencia” cobró la primera víctima, algunos enredos para ensayar malentendidos y ansiedades mal manejadas por inexpertos, Adriana deja la banda, ella estaba en Montevideo y veía los fines de semana era complicado, decidió no continuar.
Luego Titi (Cajon) decide irse por no poder cumplir, estaba en otras cosas y se le complicaba un poco (qué formal! Jah! Siendo que todo estaba en pañales aún). Ahí entra Tovi, quien tocaría el cajón y luego se convertiría en el baterista de Carvaleos.
Un desencuentro de opinión. hace que luego Julio se vaya de la banda, básicamente una discusión conmigo, nada grave pero bueno. Tovi me dice que tiene un amigo compañero de facultad que se había venido a vivir a Maldonado, que podría tocar el bajo
Ahí llega Juan a la banda, el mejor guitarrista tocaría el bajo! Jaja!
Fue poco tiempo el que Juan estuvo en ese puesto, dado que julio decide volver.
Y ahora the Carváleos ya tenía más forma de banda Las ganas de mejorar y la “exigencia” da media vuelta más a la rosca y Julio no resiste tal situación, ahora definitivamente se va de la banda, y quedamos sin bajo, pero tenia un compañero amigo de mi hermana que fue a probar y no funcionó.
Tovi habla con un amigo y compañero de facultad y dos semanas antes de debutar en vivo por primera vez en torre del vigía, llega Pablo “Chacha”a la banda y consolidamos el sonido básico, dos guitarras, bajo y batería.
¡Zafamos el debut!
¿Que decir? Funcionamos así hasta que llegamos a la decisión más dura y difícil que tuvimos que tomar. Quizá dejar de ser una banda para la joda/sueños al aire para encaminarnos en grabar un disco e ir por lo que tenga que ser peor de la mejor forma.
Palabras de Juan Martin Reborati:
Aún no recuerdo ni porque ni cuándo decidí empezar a tocar la guitarra.Mi hermana aprendía guitarra española, pero nunca me llamo mucho la atención. Su profesor no le enseñaba nada que me gustara, por lo que asumí que era un instrumento aburrido y tedioso. Algún tiempo después, y luego de ver Volver al Futuro (aún mi película favorita), empecé a fantasear con estar sobre un escenario con una Gibson 335 tocando Johnny B. Goode al mejor estilo Marty McFly.
El sueño llegó a medias. Luego de alguna mala compra, terminé juntando para una buena guitarra, casi en el polo opuesto. Una Fender Stratocaster, recomendada por mi profe Chacho Sarasola, que aún conserva su primer puesto como guitarra de cabecera.
Supongo que fue gracias a mis amigos de la infancia Diego y Andrés, que me llevaron por el camino del Rock y el Blues, que decidí empezar a aprender y a tocar. A esa altura mi banda favorito era Creedence Clearwater Revival, que se intercalaba con mucho rock de los 50 algunos blues clásicos que escuchaba en lo de mis primos.
Luego de escuchar el vinylo del Electric Ladyland, en lo de mis amigos, por encima de los 100dB, el sueño empezó un nuevo "recalculando".
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El instrumento, es ese puente mágico entre el músico y la música, parece ser también en el caso de los integrantes de Carvaleos lo que los llamó a su búsqueda. Tal como se debe haber sentido el joven Arturo al tocar Excalibur, tocar metal, sentir el poder y la tensión, resonar, construir una épica, con piedra y metal con Rock.